En honor al «Negro» Ávila, en el año 2008 la Cámara de Diputados de La Rioja por ley 8.378, instituyó el 19 de septiembre como el «Día del Fotógrafo Riojano». Roque Víctor Molina, periodista fotográfico y fotógrafo del Bloque Justicialista de la Función Legislativa, recordó sus inicios en la profesión.

Hoy 19 de septiembre se cumple un nuevo aniversario de la muerte del reportero gráfico, Ramón Argentino Ávila, el “Negro” Ávila.
Molina contó que la iniciativa nación hace unos años por el fotógrafo Guillermo García y él. «Le dije un día a mi compañero de ruta Guillermo ¿Por qué no podemos tener nuestro día en La Rioja? entonces hicimos un proyecto de ley, lo presentamos, lo aprobaron por toda la Cámara y así se creó el Dia del fotógrafo riojano».
HISTORIA DEL «NEGRO» ÁVILA
Sanjuanino de origen, nació en Pie de Palo en 1953. Llega a La Rioja con su madre en el 56 al fallecer su padre. Comienza la escuela primaria en la escuela Avellaneda, y terminó en la nocturna en Patricio del Sacramento.

De chico lo que sobresalió de él fue la libertad, le decían el “mono”, siempre subido a los árboles, se escapaba para el campo, jugaba a la pelota a escondidas de la madre porque debía cuidar las zapatillas. Para ayudarla vendía diarios y lustraba zapatos. Siempre vestido con ropa humilde pero limpia. Todo en su historia fue por y con esfuerzo propio y la decisión íntima de superarse. Judice, entrenador de Independiente lo vio jugar al futbol, y lo quiso llevar a Buenos Aires a jugar en el club. La madre, que tenía que firmar la autorización para que viva allí, no quiso. A los 15 años (en el 70) viajó a Buenos Aires donde trabajó en la realización de vitreaux, y en la restauración de muebles antiguos. Allí se queda hasta septiembre del 76. Compra el primer equipo fotográfico en cuotas en la Casa del Fotógrafo de Bs As. Después hace cursos con Barabino Devoto. Al volver de Bs. As. Intenta ingresar en la Gendarmería donde es rechazado pues los análisis efectuados dieron como resultado que era chagásico, luego un vecino (Pablo Díaz) ante el pedido de la madre para evitar que se volviera a Bs. As., lo hace ingresar a Diario El Independiente (1977), donde trabaja hasta su muerte, llegando a ser jefe de fotógrafos. Sostén y continente permanente de la familia.

También trabajó en prensa de Casa de Gobierno y la Municipalidad. Absolutamente intuitivo, encontró en la fotografía su pasión y forma de expresarse. Con una mirada muy particular llego a ser en su momento “el” reportero gráfico de La Rioja y espejo para muchos fotógrafos que lo tomaron como ejemplo. Ávila nos habló en sus fotos contrastadas de la aridez de la piedra como paisaje, de la escasez del agua que es vida, de la calidez y las luchas de la gente humilde. Caras bruñidas por el trabajo diario muestran al hombre y su existencia simple escondida en la parquedad del tiempo sin tiempo.
Con resignación pero orgullosos en la dignidad de su pobreza, esos hombre ricos en vivencias, abrieron su corazón y sus ranchos al Negro Ávila. Él siempre pudo conectarse, acercarse a la simplicidad de lo verdadero, porque no era más que uno de ellos, hecho a fuerza de trabajo, de sacrificio y del orgullo de saberse integrado a la fuerza de la tierra. Sus fotografías participaron en muchas publicaciones y concursos, realizando además varias exposiciones, tanto colectivas como individuales.

En el marco del aniversario, se lleva a cabo una muestra homenaje en los corredores de la Legislatura donde se podrán apreciar fotografías de Molina y Guillermo García. «Se puede ir durante todo el día a la muestra», informó.